El sistema de agua potable de Jardín América está colapsado

El actual sistema de agua potable de la ciudad de Jardín América con captación en el Arroyo Tabay, fue proyectado en la década del ’80, las obras se licitaron en 1990 y debían terminarse en 1993, cosa que por supuesto no ocurrió. A partir de esa fecha la Cooperativa de Servicios Públicos gradualmente fue usando las nuevas redes de distribución y agregando conexiones, pero en 1998 el sistema ubicado sobre el Arroyo Capilla ya no daba abasto y se decidió no esperar la inauguración y habilitar la nueva toma, dos módulos de potabilización en Ruta 7 y la estación de reservas frente a la terminal de ómnibus sobre Ruta 12.

El crecimiento poblacional hizo necesario que en 2010 se pongan en funcionamiento los otros 2 módulos potabilizadores que habían quedado inconclusos. Hoy con 7.500 familias conectadas a la red, los 4 bloques son insuficientes para realizar el proceso de potabilización en cantidad y calidad según las normas, sobre todo cuando se registran fuertes precipitaciones en la cuenca. Es por eso que hace varios años la Cooperativa presentó un proyecto a la Subsecretaría de Obras Públicas de la Provincia de Misiones, para ampliar el 50% de la planta de tratamiento de agua.

El Expte. 3600-931 fue aprobado en 2020 y tiene empresa constructora adjudicada para comenzar con la estructura de hormigón armado. La cooperativa y la comunidad jardinense siguen esperando para realizar la contraparte comprometida: proveer e instalar el equipamiento de los módulos y la interconexión con los actuales.
Otra obra imprescindible que aguarda Jardín América, es la segunda etapa de la toma y acueducto desde el Río Paraná, paralizada desde 2016 y que nuevamente está incluida en el presupuesto nacional y a la espera de ser licitada por el ENOHSA e IMAS.

Varios problemas tiene la entidad prestadora del servicio para garantizar el mismo a la creciente comunidad: Las cada vez mas recurrentes sequías que obligaron a declarar la emergencia hídrica en varias oportunidades; las frecuentes roturas en los 8 kilómetros de cañerías de impulsión de asbesto cemento con su traza contigua a las rutas 7 y 12 sometidas a las vibraciones del tránsito y trabajos de excavación de otras empresas; las interrupciones del servicio eléctrico, por caídas de postes o tareas de mantenimiento; y la limitada capacidad de su planta de tratamiento.

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