Murió el último habitante de Epecuén, el pueblo que desapareció tras una inundación

Pais 23 de enero de 2024 Redacción RMM Redacción RMM

Con el fallecimiento de Pablo Novak a los 93 años, se despide el último habitante de la villa Epecuén, que sufrió una inundación en 1985. Reconocido como Embajador Cultural y Turístico del distrito, Novak permaneció en el lugar, convirtiéndose en un ícono de resistencia y memoria.

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A los 93 años, falleció Pablo Novak, el último habitante de la desaparecida villa Epecuén, ubicada cerca de Carhué, en el partido bonaerense de Adolfo Alsina. Novak, quien iba a cumplir 94 años el próximo 25 de enero, fue reconocido en 2020 como Embajador Cultural y Turístico del distrito, siendo testigo vivo de la historia del lugar.

La muerte del nonagenario marca el cierre de una época para Epecuén, que sufrió una devastadora inundación en 1985. Dejó sumergido el pueblo y dejó ruinas que hoy son visitadas por curiosos y turistas.

El intendente de Adolfo Alsina, Javier Andrés, destacó que Novak se convirtió en un ícono y una leyenda al permanecer en la zona después de la inundación. Siempre se le encontraba en las ruinas, compartiendo sus recuerdos con aquellos que visitaban el lugar. A pesar de vivir solo, mantenía su conexión con la historia de Epecuén y era reconocido por su vitalidad y charlas animadas.

image-299-768x432  En 2020 fue distinguido como Embajador Cultural y Turístico de su tierra.


Pablo Novak, el último residente de villa Epecuén

El último habitante de Epecuén residía en una chacra cercana, donde llevaba una vida sencilla con cocina a garrafa y energía proporcionada por paneles solares. La inundación ocurrida el 10 de noviembre de 1985 marcó un hito en la historia del pueblo, llevando al abandono del pueblo por la mayoría de los habitantes. Sin embargo, él eligió quedarse, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y arraigo a pesar de las adversidades.

A pesar de la pandemia, Novak continuó viviendo en la misma chacra, y su reciente fallecimiento deja un vacío en la comunidad local. Su legado perdurará como un testimonio de la fuerza y la memoria de Epecuén, un lugar que alguna vez fue un próspero destino turístico. Era conocido por las propiedades curativas de su laguna, sin embargo hoy yace en ruinas, pero no es olvidado.

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