Francia: presidente Macron anunció medidas para los que no quieren vacunarse contra el Covid-19

Ya hubo un millón de citas para vacunarse. “Estoy a favor de la línea francesa ahora mismo. Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la adolescencia de mis hijas, así como su derecho a estudiar adecuadamente, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez se queda usted en casa , no nosotros”, afirmó el presidente francés Emmanuel Macrón.

Mundo 19 de julio de 2021 Redacción RMM Redacción RMM

En Francia, quienes no se vacunen ya no podrán ir a restaurantes, cafés (a partir de principios de agosto), cines y museos (a partir del 21 de julio) y subirse a aviones o trenes (nuevamente a partir de agosto). Alternativamente, tendrá que presentar una prueba negativa, que dejará de ser gratuita (49 euros por el PCR, 29 por el antígeno).

 
Macron luego anunció la obligación de vacunación para el personal médico y para quienes trabajan en contacto con personas frágiles. Desde el 15 de septiembre, una enfermera que se haya negado a vacunarse ya no podrá ir a trabajar y recibir un salario.

“No podemos hacer que quienes tienen el sentido cívico de vacunarse carguen con la carga de los inconvenientes”, expresó Macron. “Las restricciones pesarán sobre otros, aquellos que por razones incomprensibles en el país de Louis Pasteur, la ciencia y la Ilustración todavía dudan en utilizar la única arma disponible contra la pandemia, la vacuna”. “Soy consciente de lo que te estoy pidiendo – dijo – y sé que estás listo para este compromiso. Esto es, en cierto sentido, parte de tu sentido del deber”.

Un millón de personas se vacunará en Francia para poder ir a bares y al cine

 
Cerca de un millón de personas sacaron turno en Francia para vacunarse después de que el presidente Emmanuel Macron anunciara que se exigirá un certificado de inmunización o una prueba negativa de coronavirus para acceder a bares, restaurantes o cines, o viajar en trenes y aviones.

El responsable del principal sitio web para reservar las citas dijo el martes que el tráfico alcanzó en un máximo histórico tras el discurso televisado de Macron el lunes por la noche.

“Registramos 20.000 citas por minuto, un récord absoluto desde el inicio de la campaña de vacunación contra el coronavirus, y ha continuado durante la noche y esta mañana”, dijo el director de Doctolib, Stanislas Niox-Chateau, a la cadena BFM.

Un total de 926.000 personas tomaron cita el lunes por la noche, de las cuales el 65% son menores de 35 años.

 
Macron anunció que, a partir de agosto, cualquier persona que quiera salir a comer o beber, tomar un tren de larga distancia o hacer compras en un shopping, tendrá que mostrar una prueba de vacunación o un resultado negativo de la prueba de Covid-19.

Este comprobante también será necesario para asistir a un festival, al teatro o al cine desde la próxima semana.

El jefe de Estado también anunció la vacunación obligatoria en toda Francia para el personal de salud, los trabajadores de residencias de ancianos y otras personas que trabajen con personas vulnerables a partir de septiembre.

Quienes incumplan la norma “no podrán trabajar y no serán pagados”, dijo el ministro de Salud, Olivier Véran.

 
Macron explicó que el objetivo del gobierno era reconocer el “civismo” de los vacunados, e “imponer restricciones a los no vacunados, y no a todos”.

El número de contagios aumentó considerablemente en Francia en las últimas semanas, hasta superar los 4.000 casos en los últimos días debido a la variante Delta del SARS-CoV-2, más infecciosa.

Las medidas provocaron fuertes críticas en las redes sociales. La palabra clave “dictadura” era tendencia en Twitter, en medio de acusaciones de que el gobierno impuso la obligatoriedad de las vacunas de forma velada.

Algunos se oponían alegando que con estas medidas se infringe la libertad personal de elegir si se vacunan o no, mientras que los antivacunas formulaban teorías conspirativas sobre los vínculos entre el gobierno y las empresas farmacéuticas.

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, criticó al gobierno por hacer obligatoria la vacunación para el personal de salud.

“Los consideramos nuestros héroes del cotidiano, siempre ahí a pesar de sus bajos salarios y sus difíciles condiciones de trabajo. Ahora se les hace sentir culpables y se les amenaza con no pagarles, con una brutalidad indecente”, escribió en Twitter.

Jocelyn Bouyssy, director del grupo de cines CGR, dijo que estaba “muy enfadado” por los anuncios, que serán difíciles de aplicar y podrían impedir el acceso a las salas oscuras a muchos franceses. “Nos mandan al matadero”, dijo.

Los dueños de restaurantes también tomaron los anuncios con pesimismo. “Muchos de mis clientes no están vacunados, si ahora deben hacerse una prueba y esperar 48 horas para tomarse una cerveza no vendrán”, dijo a la AFP el propietario de un establecimiento parisino de comida española que pidió no ser identificado.

“No hay obligación de vacunarse, hay un incentivo máximo”, aclaró el vocero del gobierno, Gabriel Attal, que se mostró “satisfecho de ver que el mensaje del presidente fue escuchado.”

Alrededor de 35,5 millones de personas -poco más de la mitad de la población francesa- recibieron hasta ahora al menos una dosis de la vacuna, pero el ritmo de las inyecciones disminuyó en las últimas semanas.

Francia es uno de los países más escépticos del mundo sobre las vacunas. A finales de 2020, sólo 40% de los franceses estaba dispuesto a recibir la inyección.

Fuente: Ámbito 

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