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Falleció Jane Goodall, la científica y defensora de animales que visitó Misiones

Jane Goodall, renombrada primatóloga y conservacionista británica cuyo trabajo con chimpancés en Tanzania transformó nuestra comprensión de los animales y de nosotros mismos, murió este miércoles a los 91 años. A inicios de agosto de 2024 visitó Puerto Iguazú, donde ofreció la charla “Razones de Esperanza”, en el marco de su gira por Latinoamérica.

Falleció Jane Goodall, la científica y defensora de animales que visitó Misiones

Jane Goodall, renombrada primatóloga y conservacionista británica cuyo trabajo con chimpancés en Tanzania transformó nuestra comprensión de los animales y de nosotros mismos, murió este miércoles a los 91 años. A inicios de agosto de 2024 visitó Puerto Iguazú, donde ofreció la charla “Razones de Esperanza”, en el marco de su gira por Latinoamérica.

Jane Goodall falleció en California durante una gira de conferencias en Estados Unidos, según informó su instituto en un comunicado. La organización precisó que la científica murió por causas naturales. Cuando tenía apenas 26 años y no contaba con formación científica, se instaló en el Parque Nacional Gombe Stream, en Tanzania, donde comenzó a estudiar a los chimpancés. Allí rompió con las prácticas tradicionales al darles nombres en lugar de números y logró acercarse a ellos hasta ganarse su confianza.

Entre sus principales hallazgos se encuentra la constatación de que los chimpancés utilizan herramientas, cazan para obtener carne y desarrollan interacciones sociales complejas que antes se atribuían únicamente a los humanos. Sus observaciones, iniciadas en 1960, modificaron la concepción científica de la época. Más de seis décadas después, su trabajo de campo y las acciones de conservación que impulsó continúan reconocidos en todo el mundo.

Infancia marcada por la curiosidad

Goodall nació en Londres el 3 de abril de 1934. Desde pequeña, mostró fascinación por los animales. “Aparentemente, desde que tenía año y medio o dos, solía estudiar insectos, cualquier cosa, y esto gradualmente evolucionó, se desarrolló y creció”, recordó en una entrevista con la BBC en 1986. A los cuatro años se escondió en un gallinero durante horas para observar cómo ponían huevos las gallinas, lo que llevó a su madre a alertar a la policía. “Tan pronto como pude escribir, escribí sobre los animales. Leí sobre ellos. De alguna manera, nació conmigo”, explicó en otra conversación con el programa HARD Talk.

Durante la Segunda Guerra Mundial repetía que quería ir a África a convivir con animales salvajes, un sueño que muchos ridiculizaban. Su madre, Margaret, fue quien la alentó con una recomendación concreta: “Si realmente quieres hacer esto, tendrás que trabajar muy duro. Aprovecha cada oportunidad. Y si no te rindes, tal vez encuentres la manera”. Años más tarde, una amiga la invitó a Kenia, donde conoció al antropólogo Louis Leakey, quien le ofreció la oportunidad inédita de estudiar a los chimpancés.

Inicios de su trabajo en Tanzania

La científica llegó a Tanzania el 14 de julio de 1960. Según contaba, la falta de una educación científica formal le permitió observar con una mente abierta y cuestionar las ideas establecidas. Fue la primera en documentar a los chimpancés fabricando herramientas, arrancando hojas de ramitas para pescar termitas de sus montículos. También descubrió que eran omnívoros y que podían desarrollar conductas agresivas entre ellos. Para lograr el permiso de investigación, Leakey tuvo que insistir ante el gobierno colonial británico, que consideraba riesgoso que una joven se internara en la selva, por lo que exigieron que fuera acompañada por su madre.

Goodall

En su paso por Misiones, la activista ambiental recorrió el Parque Nacional Iguazú y ofreció una charla sobre la conservación de la biodiversidad,

Además de su aporte científico, ella acercó el conocimiento sobre la vida salvaje al público general. Una de las imágenes más representativas de su trayectoria la muestra agachada, con el brazo extendido hacia Flint, el primer chimpancé nacido en Gombe tras su llegada. La fotografía fue tomada por su esposo, el holandés Hugo van Lawick, y se convirtió en un ícono de la conexión entre la investigadora y los primates.

Legado en la ciencia y su paso por Misiones

En los últimos años, Goodall dedicó gran parte de su tiempo a campañas globales de protección ambiental. A la par de sus investigaciones, ofrecía conferencias para difundir su mensaje en favor de la conservación. De hecho, días antes de su fallecimiento había participado en una charla en Nueva York sobre liderazgo y medio ambiente. Su vida combinó la rigurosidad científica con una profunda vocación por divulgar y promover el cuidado del planeta.

El Instituto Jane Goodall, que ella misma fundó, resaltó que sus aportes transformaron la forma en que el mundo comprende a los chimpancés y la relación de los seres humanos con la naturaleza. Su legado continúa en proyectos de investigación y educación ambiental que se desarrollan en diversos países. Todo ello, inspirados en la misma convicción que guio sus pasos desde la infancia.

Justamente, el 12 de agosto de 2024, en Puerto Iguazú, la primatóloga y conservacionista ofreció la charla “Razones de Esperanza”, donde destacó la excepcional biodiversidad de la selva misionera, pero advirtió sobre las amenazas del tráfico ilegal de animales y la caza furtiva. Por, eso instó a educar a las comunidades y “encontrar maneras de ayudar a las personas a vivir sin destruir su entorno. Sin esto, no podemos salvar chimpancés, bosques ni ninguna otra cosa”.

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