Docente de la carrera de Letras fue distinguido con el “Premio Arandú”

Provinciales14 de diciembre de 2021Redacción RMMRedacción RMM

La Municipalidad de Posadas reconoció a personas de la ciudad en los campos artísticos entre el 2019 y 2021 a través de la entrega del ‘Premio Arandú’, en este marco en la categoría Letras el docente de la FHyCS-UNaM Osvaldo Mazal recibió el premio mayor por la novela “Andrés vuelve o la risa bárbara” (2020). A continuación van algunas pistas brindadas por el autor para adentrarse a la obra galardonada.

La novela

“Andrés vuelve (o la risa bárbara)” podría definirse como un policial anti-histórico que transcurre en una Misiones tan ficcional como actual, con algunos saltos a otros espacios y otros tiempos (Siberia, Asunción y una ficcional y torturada “Caá Cutí”). La línea narrativa central desarrolla la investigación del asesinato de un artista militante, y a lo largo de esa pesquisa se van revelando una compleja trama de poder, una provincia subterránea y proyectos anarquistas que atraviesan la región a lo largo de los últimos dos siglos. Y la novela es anti-histórica porque el tratamiento ficcional de los personajes históricos -Andresito Guacurarí, Artigas, Bakunin, Horacio Quiroga, Macedonio Fernández y otros- los reinventa y genera un universo alternativo, en el que el retorno del héroe provincial termina implicando un cuestionamiento histórico y estético a la construcción institucional de su figura. Los tres investigadores (un detective, una prostituta y un amigo del asesinado, cuyo objetivo es escribir una novela policial que le agrade a su anciana madre), en el medio de un mundo delirante repleto de torturadores y asesinos, de artistas conceptuales y bacantes a la griega, de complots múltiples y sexualidades desatadas, por momentos suelen escuchar una risa bárbara que pareciera resumir todo el universo narrativo que la obra propone.

¿Qué complejidades y/o desafíos encontró en el proceso de escritura?

“Andrés vuelve o la risa bárbara” , igual que mi anterior novela llamada “Darwin poeta”, presenta una cierta complejidad estructural dada por desarrollos de líneas narrativas paralelas que transcurren en espacios y temporalidades diferentes, y con diferentes personajes, por lo que para garantizar el ensamblaje de esas líneas paralelas en la cabeza del lector (y de digresiones de todo tipo, y de ciertas descripciones que podrían parecer en primera instancia excesivas), es necesario engarzarlas permanentemente mediante elementos de correlación, tales como referencias cruzadas entre una y otra línea narrativa,y repeticiones de elementos que terminan obrando como leitmotiv. Por otra parte un elemento que se volvió central en la trama, una Instalación Artístico-política que atraviesa toda la provincia, apareció cuando el primer tercio de la novela ya estaba escrito, y eso volvió necesario reescribir ese primer tercio. Y decidí entonces insertar una serie de breves capítulos con testimonios que brindan diversas perspectivas acerca de esa Instalación, lo que modificó completamente la organización prevista originalmente. Por otra parte, tanto en la anterior novela como en ésta yo no contaba desde el comienzo con un plan general para la novela ni con todos los personajes totalmente definidos, sino que arranqué con algunos personajes centrales y un par de ideas vagas, así que gran parte de los acontecimientos y peripecias me fueron sorprendiendo y desviando en una y otra dirección. Una de mis premisas a lo largo de la escritura fue incluir ciertas descripciones o elementos narrativos que podrían no parecer indispensables para el desarrollo de los acontecimientos, pero que a mi entender sí lo eran para desplegar el universo ficcional que se me iba armando en la cabeza. Y eso implicó un gran esfuerzo de selección y descarte de fragmentos del texto. Y finalmente, gracias a las sugerencias de un par de lectores a los que entregué el borrador, agregué al comienzo unas páginas introductorias que en cierta forma anticipan ciertas dimensiones de la novela y caracterizan -en función de la comprensión lectora y no de una verosimilitud histórica que la novela no pretende respetar- a los personajes históricos

¿Que significó/a este reconocimiento en este momento de su carrera? Cómo lo encuentra? ¿Escribiendo, leyendo…?

Recibir un premio municipal Arandú por mi novela “Andrés vuelve o la risa bárbara” implicó un reconocimiento de mi querida Posadas, lo que me emociona. El trabajo de escritura es solitario, y este tipo de distinciones son un verdadero abrazo que llena de fuerza al escritor. Escribir una novela es un gran esfuerzo, es sumergirse durante un año o dos en un mundo que uno va creando y a la vez lo va envolviendo; es como ser un dios creador pero un dios inseguro, que no sabe lo que hace hasta que lo va haciendo y que, en gran medida, está a merced de su propia creación. Por lo general el novelista tampoco sabe si lo que creó con gran dedicación va a interesar a eventuales lectores.Y una distinción ayuda ni solo a superar algunas de estas inseguridades que pueden ser a veces angustiantes, sino que también contribuye a la circulación de la novela. En este momento yo ya tengo terminada una tercera novela inédita, “Los pecados de mi padre se disuelven en el aire”, hija de los tiempos de pandemia, vengo trabajando desde el año pasado en una serie de ensayos narrativos (o narraciones ensayísticas) que se van publicando periódicamente en el diario “El territorio” y que en algún momento serán libro; y por último estoy por comenzar la escritura de una cuarta novela, provisoriamente llamada “Harakiri”. Siempre en medio de lecturas de todo tipo, en este tiempo de pandemia me atrajeron más los temas históricos o políticos que los textos ficcionales, quizá será que con los años me he vuelto un poco más exigente (¿“argel” quizá?) como lector de novelas. Pero por suerte siempre hay relatos o poemas que me terminan seduciendo y me abren el mundo en infinitas direcciones.

Bio

Osvaldo Mazal reside en Posadas, Misiones, donde nació en 1955. Es ingeniero civil por la UBA, y licenciado en letras y magister en semiótica por la Universidad Nacional de Misiones. Desde el año 2003 es profesor de Teoría Literaria en la carrera de Letras de la UNaM. Publicó Mundos-Diálogos-Silencios (2° Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes 1993 y premio municipal Arandú en 1996); Darwin poeta (1° Premio de Novela del Fondo Nacional de las Artes 2014 y ternado al premio municipal Arandú en 2018), y Andrés vuelve, novela ganadora del premio Municipal Arandú en 2021. Participó con relatos y poemas en diversas antologías. Fue merecedor de cuatro estatuillas Martín Fierro por su programa radial literario De Cronopios, entre 1994 y 1998, y recibió el premio provincial “Andresito” a la trayectoria literaria en 2018.

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