Ya sean por placer o por trabajo, los viajes nos someten a diversos factores que pueden alterar nuestro bienestar. En función del destino elegido y de los antecedentes de salud individuales, es recomendable tener en cuenta los siguientes aspectos para poder asegurarnos un itinerario saludable:
• Es fundamental informarse sobre el lugar del viaje: la geografía, el clima, los servicios médicos disponibles, la existencia de agua potable, las enfermedades endémicas o brotes epidemiológicos existentes, etc.
• Se aconseja siempre realizar una consulta al médico o a un servicio de medicina del viajero, aun cuando no haya ningún síntoma o dolencia puntual, para informarnos sobre los recaudos y medidas preventivas a tomar. También es recomendable hacer una consulta odontológica, a fin de evitar alguna molestia durante el viaje.
• Es muy importante aplicarse las vacunas y/o tomar la medicación profiláctica indicada por el médico, de acuerdo al lugar de destino y la situación particular (edad, gestación, enfermedad preexistente, etc.).
• Llevar la medicación que se toma habitualmente en cantidad necesaria y una receta médica con las drogas originales. En el caso de usar anteojos, lentes de contacto o audífonos, también se recomienda llevar un par de más y una receta del especialista.
• Incluir entre la documentación, una tarjeta identificatoria sobre las enfermedades que padece y el listado de medicamentos que le producen alergias.
• Contratar un seguro médico y verificar los servicios de atención médica del lugar de destino.
• Llevar la ropa adecuada al clima del lugar de destino.
• Preparar un botiquín de viaje, incluyendo además elementos adicionales que pueda recomendar el profesional médico de acuerdo al lugar de destino.