Una vida al cuidado de la selva: Onécimo Olivera, 30 años como guardaparque
Provinciales27 de febrero de 2023Redacción RMMEn 2022, Onécimo Olivera cumplió 30 años como guardaparque. De chico, solía escuchar a su padre contar historias acerca de los animales maravillosos de la selva misionera que veía a la hora de trabajar como «rumbero», oficio de aquellos que iban marcando el trazado de las rutas, en su caso, de la nacional 12. Esos relatos le fueron dejando muchas enseñanzas que años después le servirían para moverse en el monte. «Esta es una profesión espectacular, pero te tiene que gustar. Solo si te gusta, estar en medio de la selva es un placer. De lo contrario resulta una tortura», afirmó.
Mucha experiencia cosechó Onécimo en estas tres décadas, tiempo en el que pasó por todos los parques provinciales. Actualmente es el Coordinador de la Zona Sur del Cuerpo de Guardaparques, con jurisdicción sobre los parques Salto Encantado, de la Sierra, Fachinal, Cañadón de Profundidad y Teyú Cuaré.
«Estoy atento a los requerimientos y necesidades de los colegas de mi zona, desde lo más mínimo hasta los patrullajes más complejos. Además, tengo que gestionar recursos y mantener los que tenemos. Asimismo, representar a la institución en caso de que haga falta», resumió.
Recordó que entró a trabajar como guardián de los recursos naturales en 1992, luego de un trámite que llevó un año. «Empecé en el Parque Provincial Urugua-í. Me dijeron que me llevarían a un lugar inhóspito. Era el Destacamento Uruzú. Reconocí de inmediato el lugar, porque era el sector en el que acampaba en tiempos en que fui obrero de la empresa que construyó la ruta provincial 19», comentó y agregó que los lugareños le enseñaron una infinidad de cosas para andar en el monte.
Onécimo es original de Santo Pipó, pero trabajó apenas cinco o seis años en la zona Sur de Misiones, porque pasó más tiempo en el Norte y en la costa del Uruguay. «Fui Intendente de Parques, jefe del Parque Moconá, Coordinador de la Zona Centro y ahora de la Zona Sur. Trabajé con el 80% de los compañeros que actualmente se desempeñan en el Cuerpo», señaló.
Aseguró que el guardaparque tiene que reunir la mayor cantidad de perfiles posibles, aunque aclaró que de todos, serán uno o dos los que explote a fondo. «Tenés que saber desde arreglar una motosierra o camioneta, hasta atender al público, investigar y llevar adelante como corresponde los controles en el monte. También poder socorrer a una persona herida (que puede ser tu compañero) y lidiar con las situaciones riesgosas, como enfrentamiento con furtivos», enumeró y evocó que dos veces quedó en medio de una balacera con depredadores, en el Parque Urugua-í.
«Hacer guardia es tener responsabilidad de todo el patrimonio. En algunos parques, acuden visitantes. En otros, como Esmeralda, no. Es importante aclarar que en esta profesión, mientras dure la guardia, uno convive en el mismo edificio que el compañero. Es otro punto para el que hay que estar preparado, la convivencia», indicó Onécimo.
Marcó que en situaciones límite, «mantener la cabeza fría es fundamental. No podés actuar de manera impulsiva. Hay que evaluar, conocer el terreno, trabajar en equipo. Hubo ocasiones en las que demoramos a nueve o diez cazadores y teníamos que sacarlos del monte con mochilas, perros y armas, caminando unos diez kilómetros».
Apuntó como hitos la incorporación de la Educación Ambiental, allá por 1993, y de las mujeres en el Cuerpo de Guardaparques. «El trabajo que veníamos haciendo y lo que se fue sumando consolidó el buen concepto que tienen sobre nosotros, tanto en la provincia como fuera de ella. La ciudadanía nos valora. Eso nos enorgullece», reflexionó.
Desde 1992 hasta acá pasaron muchas cosas. «Se sumó gente. En esa época éramos 7 u 8 para toda la provincia. Hacíamos guardia por 30 días, después por 20 y luego por 15. Actualmente está en 14 días. Había un solo vehículo para todo el Sistema de Áreas Naturales Protegidas, con el que se hacían los relevos», rememoró.
Atesora muchos recuerdos Onécimo. En 1996, un colega suyo fue a relevarlo en el Parque Provincial Moconá. Cuatro días después, el 19 de octubre, conoció la noticia del trágico fallecimiento de ese compañero. Era Horacio Foerster. Por ese episodio se conmemora el Día del Guardaparque Provincial.
En la charla también recordó a Don Segismundo Welcz, guardaparque, naturalista y conservacionista. «Aprendí de él todo lo legal. Lo acompañamos en las buenas y en las malas. Destaco su lucha para que haya muchos parques, para que todo se conserve», puntualizó acerca de ese personaje único.
Onécimo finalmente habló del futuro: «La tecnología ayuda mucho en nuestro trabajo, pero también a quienes destruyen los recursos naturales. Estamos ante un gran desafío, pero tengo la tranquilidad de que el guardaparque siempre estuvo y estará firme para cuidar nuestra selva y a los animales que habitan en ella».