Agricultores reintroducen árboles nativos en sus chacras para un futuro sostenible

Junto a la Fundación Hora de Obrar, ya plantaron más de 190 mil árboles nativos y planean llegar a los 250 mil para mediados de 2024. La iniciativa mejora la resiliencia de las chacras misioneras y contribuye a la preservación del patrimonio natural.

Agricultores de la provincia e integrantes de la Fundación Hora de Obrar unieron esfuerzos para sumar su aporte a la restauración del bosque atlántico. Lo hacen a través del proyecto Crece Selva Misiones. Plantaron más de 190 mil árboles nativos en 390 hectáreas, lo que genera resultados positivos al mitigar el cambio climático y promover la reforestación.

En el corazón de este proyecto se encuentra Marino Jungblut, un productor yerbatero de 65 años oriundo de Ruiz de Montoya. Con la asistencia de la Fundación, lidera la transformación de su chacra, reintroduce árboles nativos y adopta prácticas agroforestales. Este enfoque beneficia no solo su producción de yerba mate sino también contribuye a revitalizar el ecosistema, mejorar la calidad del suelo y la resiliencia de sus cultivos.

“La idea es conservar la tierra y la naturaleza. Que nuestros descendientes puedan seguir disfrutando de todo lo que Dios creó… Yo tengo la intención de seguir con esto mientras tenga fuerzas”, indicó el productor.

Devolverle a la selva misionera sus árboles nativos

Caminar entre las líneas de yerba mate de Marino es prueba del éxito de esta estrategia. Plantas nativas y yerba mate conviven en armonía, haciendo provecho de la sombra que brindan los árboles nativos. Aquellos de gran porte son excelentes exploradores del suelo, captan y absorben nutrientes en profundidad y los liberan en la superficie a través de la caída de hojas. Además, mejoran la porosidad del suelo, lo que favorece la infiltración del agua.

En respuesta a las amenazas del cambio climático sobre la selva paranaense, la Fundación Hora de Obrar, una iniciativa de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, trabaja activamente para preservar este patrimonio natural y apoyar a agricultores comprometidos con la sostenibilidad.

El proyecto destaca la importancia de la colaboración con diversos sectores, desde reservas naturales hasta instituciones educativas. La colaboración con la sociedad civil y el Estado, junto con la sensibilización y capacitación, resulta clave. Ademla demanda creciente de plantines nativos demuestra el impacto positivo en la comunidad.

La experiencia de Marino Jungblut es solo una muestra del éxito del proyecto. A la fecha ya plantó aproximadamente 190.000 árboles nativos, a lo largo de 390 hectáreas en 39 municipios y sensibilizó a más de 2200. La meta es reforestar al menos 250.000 árboles para mediados de 2024, y demostrar que la combinación de métodos agroforestales y la reintroducción de árboles nativos es fundamental para construir un futuro sostenible.