La ciencia argentina ha demostrado, en más de una oportunidad, que se encuentra a la vanguardia. Y tras los resultados del primer Primer Censo Biotecnológico y Nanotecnológico, esta afirmación se confirma. Es que las empresas de base tecnológica han impulsado al país hasta el top 10 mundial y el primer puesto a nivel regional, según una comparación realizada con el observatorio de firmas biotecnológicas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
El censo nacional fue realizado gracias a un trabajo conjunto de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) con la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), el Consejo Federal de Inversiones y el Centro de Investigaciones para la Transformación de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
El relevamiento determinó que en todo el país se desarrollan 340 empresas biotecnológicas y 41 nanotecnológicas (381 en total) que destinan su trabajo a la provisión de productos y servicios.
En ese sentido, señalaron que “las empresas biotecnológicas poseen 146 plantas productivas en Argentina”, de las cuales más del 60% cuentan con el certificado de buenas prácticas de manufactura, mientras que “el 27% cumple normativas sanitarias y regulatorias para la exportación a otros países del mundo”.
“El Censo permitió captar el auge emprendedor que se verifica en la biotecnología argentina, ya que el 43% de las firmas del sector (146 empresas) tiene menos de 7 años de vida, con una creciente presencia e incidencia de los fondos de venture capital y company builders del sector como vehículos claves para su creación y desarrollo inicial”, como son Grid Exponencial, SF500, Aceleradora Litoral y CITES, según indicaron desde la Agencia I+D+i.
Asimismo, en lo que se refiere al “número de startups identificado por el Censo, pone a Argentina a la cabeza en América Latina en materia de nuevas empresas basadas en tecnologías profundas (deep tech)”.
En palabras de Federico Trucco, actual presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, “el censo es un trabajo muy valioso que permite visualizar la dinámica virtuosa del sector, medir el impacto de las políticas públicas y lo que tenemos que mejorar para que la biotecnología continúe creciendo en forma acelerada”.
Lo cierto es que todas estas empresas realizan servicios vinculados a la investigación, desarrollo de productos y/o procesos, y el uso en el proceso productivo. Las empresas biotecnológicas se dedican a especialidades tales como: ADN-r; proteínas y moléculas; cultivo de células y tejidos; ingeniería; biotecnologías de proceso; vectores génicos y ARN; y bioinformática.
Mientras que las consideradas nanotecnológicas se especializan en: síntesis química; producción bacteriana; obtención de nanomateriales; nanoencapsulado; ingeniería para la aplicación superficial; micromolienda; técnicas avanzadas de caracterización; y manobiotecnologías.
Todos estos aspectos que, a simple vista, pueden parecer extraños o ajenos a la realidad cotidiana, pero se centran en, al menos, seis puntos generales que son conocidos. En el caso de las empresas de biotecnología, la salud humana (73) es el principal objeto de aplicación (con el consiguiente beneficio para la sociedad), le sigue la salud animal (34), la biotecnología agropecuaria (77); el procesamiento industrial (41); aquellos referidos al ambiente, la energía y los recursos naturales (26); y aplicaciones no específicas (20); las cuales se complementan con otra clase de servicios (29).
Al tiempo que en la nanotecnología, la salud humana sigue al frente (13); seguida por la animal (5); la destinada a la agroindustria (7); la referida a la industria química, petroquímica y materiales biobasados y/o biodegradables (5); al ambiente, energía y recursos naturales (6); procesamiento industrial (6) y cierran la escala aquellas vinculadas con la electrónica y las aplicaciones no específicas, con uno cada uno.
Fuente: Noticias Ambientales