Un estudio publicado en PLOS Pathogens encontró que los mosquitos envejecen más rápidamente cuando las temperaturas son más altas, lo que debilita además su sistema inmunológico.
Debido a que la temperatura global está aumentando debido al cambio climático, los hallazgos, realizados por la estudiante graduada en biología de Vanderbilt, Lindsay Martin, y el profesor Centennial de Ciencias Biológicas, Julián Hillyer, pueden tener graves implicaciones para la población de mosquitos y la transmisión de enfermedades.
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades transmitidas por vectores como la malaria y el virus Zika causan más de 700.000 muertes al año. Representan aproximadamente el 17% de todas las enfermedades infecciosas y se transmiten por insectos chupadores de sangre, como los mosquitos.
El terrible impacto de las enfermedades transmitidas por vectores se debe, en parte, a un mecanismo de transmisión inquietantemente simple: la picadura de un mosquito infectado.
Generalmente, cuando las personas inmunocompetentes enferman, el cuerpo genera una serie de respuestas inmunes (piense en esa fiebre desagradable que acompaña al COVID-19) para eliminar la infección.
Los mosquitos también generan respuestas inmunitarias para eliminar infecciones, pero sus sistemas inmunitarios han evolucionado para ser muy sensibles al entorno que los rodea. Esto se debe a que los mosquitos son ectotermos, por lo que su temperatura corporal fluctúa en relación con la temperatura ambiental.
El artículo de Martin y Hillyer se centró específicamente en una respuesta inmune llamada melanización, mediante la cual los mosquitos forman cáscaras duras de melanina alrededor de los patógenos para privarlos de nutrientes.
La melanización se puede observar a lo largo de la pared abdominal de un mosquito bajo un microscopio. Martin descubrió que los mosquitos envejecían más rápidamente a temperaturas más altas y esto debilita la respuesta de melanización.
Fuente: Noticias Ambientales