Después de meses de rehabilitación, liberaron una ñacaniná en Campo San Juan

Provinciales 03 de junio de 2024 Redaccion RMM Redaccion RMM

El trabajo de rescate y rehabilitación fue desarrollado en conjunto entre guardaparques y médicos veterinarios. La serpiente tenía una herida importante y se encontraba deshidratada. Por fortuna, volvió a la naturaleza gracias al trabajo colaborativo de muchos profesionales.

En buen estado de salud, luego de un tratamiento de dos meses, fue devuelta a su hábitat una serpiente ñacaniná negra o arborícola (Spilotes pullatus), encontrada en el Parque Federal Campo San Juan. En su rehabilitación trabajaron codo a codo guardaparques provinciales y nacionales y veterinarios, quienes determinaron el tratamiento a seguir.

Todo el proceso se concretó en el Parque Ecológico El Puma, ubicado en Candelaria, que depende del Ministerio de Ecología. Se trata de una historia con final feliz que demuestra el valor del trabajo conjunto y la dedicación de los agentes de preservación para el cuidado de la fauna autóctona.

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Rescate, rehabilitación y retorno a Campo San Juan

Todo comenzó el 26 de marzo por la tarde, cuando la intendenta del Parque Federal Campo San Juan, María Gimena Martínez, avisó a El Puma que el guardaparque Gabriel Capuzzi había rescatado una ñacaniná negra. Fue encontrada en el sector de visitantes del área natural protegida ubicada en Santa Ana.

La serpiente tenía una herida, estaba deshidratada y con bajo peso. Fue llevada al centro de rehabilitación de Candelaria, donde fue atendida por la médica veterinaria Sol Pszegotski. También recibió asistencia del veterinario Marcos Fiotto en las instalaciones del Centro de Derivación y Diagnóstico Veterinario (CeDDiVet).

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Se le hizo una anestesia y un monitoreo con doppler vascular. En cuanto a la herida, le practicaron un desbridaje quirúrgico de la lesión (eliminación del tejido muerto, dañado o infectado), con apósitos o parches con antibiótico. Fue el inicio del largo camino de la recuperación.

Durante los primeros días, le suministraron analgésicos y tuvo un minucioso control de peso. Por suerte, siempre mostró tendencia positiva. La ñacaniná empezó a comer sola. Evidenció en un principio la presencia de ácaros en la herida, por lo que recibió entonces una medicación específica.

 
Los chequeos continuaron con una ecografía practicada por la veterinaria Fernanda Markendorf. El 10 de mayo se sumaron las terapias láser, con el apoyo del Centro de Fisioterapia y rehabilitación de la veterinaria Eneide Carolina González. Gracias al equipo especial utilizado y la colaboración de la estudiante de último año de veterinaria Norma Ayala, el tratamiento fue exitoso. En el tramo final de la rehabilitación, hubo sesiones de fototerapia, también en el Centro de Fisioterapia.

Con el alta, la herida curada y el peso adecuado, la serpiente fue llevada el viernes último, al Parque Federal Campo San Juan. Fue el retorno a su hogar en la naturaleza, gracias al trabajo colaborativo de muchos profesionales.

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