Energizantes, ¿aliados o enemigos de los gamers? Lo que dicen los médicos misioneros

Con la industria creciente de los videojuegos otras ramas económicas buscan agarrar parte del mercado. Según datos de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines se calcula que se beben unos 125 millones de latas de energizantes al año. 

Con el mundial del videojuego de estrategia en tiempo real League of Legends recorriendo las principales capitales de Europa en esta edición 2024, luego de estar en el escenario histórico de Corea (lugar de los mayores campeones T1) en 2023, los esports siguen creciendo como una industria alternativa de entretenimiento a nivel internacional. 

El mercado gamer ha acaparado todos los aspectos de una industria deportiva como el fútbol, como un negocio pujante de insumos deportivos y tecnológicos dedicados a los gamers, asesoramiento de profesionales que abarcan desde lo psicológico a lo físico y, por supuesto, una parte del negocio alimentario. 

En este marco aparecen las botanas y las bebidas carbonatadas, que son un nicho para los gamers desde los tiempos del Tetris, pero han resultado en un consumo desmedido de estos alimentos sobreprocesados. El caso más pronunciado son las famosas bebidas energéticas, que según datos de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines (CAFADyA) se calcula que se beben unos 125 millones de latas al año, especialmente entre estudiantes, deportistas y gamers.

“Los energizantes no están recomendados desde el punto de la salud cardiovascular, ya que son bebidas con azúcares simples con estimulantes como la taurina, el ginseng y la cafeína. Estos productos alteran el  sistema simpático aumentando la frecuencia cardiaca, la presión arterial y puede ser la gota que rebalse el vaso para terminar en una arritmia”, afirma el cardiólogo Jorge Aguirre, en una entrevista con Canal 12. 

Pero… ¿qué ingredientes tienen las bebidas energéticas?
Cada 100 mililitros de una bebida energética pueden contener entre 11 y 14 gramos de azúcar y más de 30 miligramos de cafeína. Teniendo en cuenta que las grandes latas en las que se comercializan estas bebidas suelen ser de 500 mililitros todas esas cantidades tienen que multiplicarse por cinco. De esa manera, en una de esas latas de bebidas energéticas hay alrededor de 55 gramos de azúcar y más de 150 miligramos de cafeína.

Tanto la OMS como la American Heart Association recomiendan que el consumo de azúcares libres diarios no sobrepase el 10% de calorías ingeridas diariamente; según estas recomendaciones un adulto no debería consumir más de 50 gramos de azúcar por día, mientras que los niños no deberían sobrepasar los 37 gramos diarios, ya que en adultos la media de calorías recomendadas está en 2.000, pero en niños la cifra baja hasta las 1.750 calorías diarias.

Con una sola lata de una bebida energética un adulto tendría más que suplidas sus necesidades diarias de azúcar. Un niño las sobrepasará excesivamente. En el término medio se encuentran los preadolescentes y adolescentes, público objetivo de la mayoría de las marcas de bebidas energéticas, que con cada lata superan también las cantidades recomendadas de azúcar para su dieta diaria.

Una alternativa a los energizantes

Por otra parte, destacó que existen alternativas que dan el mismo resultado, pero favorable. “La mayoría de la población de Misiones y el norte argentino tomamos diariamente un energizante natural, que es el mate. Sabemos que es un estimulante con beneficios para la salud cardiovascular, al igual que el café en su debida medida. Son bebidas que se pueden tomar y reemplazar”. 

En tanto, destacó que los energizantes suelen tener un shock más rápido en las personas, por eso los adolescentes suelen tomarlo. Esta sobreestimulación en “una etapa de crecimiento crucial, donde de por sí ya están muy activos”, suele tener efectos adversos que se notan a largo plazo. 

La publicidad de las bebidas energizantes suele ser engañosa y, por lo general, la recomiendan influencers a través de las redes sociales, mientras que el marketing escapa de los formatos tradicionales y se presenta a estas bebidas como un producto seguro y saludable.

Para finalizar remarcó que con moderación se puede prevenir cualquier efecto secundario, y que lo único que siempre es malo es el exceso a la hora de consumir.  “En situaciones graves puede terminar en descompensaciones que requieran internación e incluso muerte súbita. Lo que hay que tratar es leer bien que trae cada bebida, porque hay muchas en el mercado, siempre hay que leer bien los productos que compramos”.