Un empresario de Santa Rita denunció por coimas a policías
Provinciales10 de noviembre de 2024Redaccion RMMLa presentación fue radicada ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá.
El dueño de una estación de servicios denunció persecución y hostigamiento "por no ceder a las exigencias de coimas". Alertó que teme por su vida y la de su familia.
La denuncia del comerciante de Santa Rita apunta a Victor de Jesús N., Cristian B., Marcio B. y Orlando D.
Aprietes, coimas, amenazas, lesiones. Todos delitos graves, más aún porque los supuestos implicados son policías que prestan servicio en la comisaría de Santa Rita, municipio de Alba Posse, quienes fueron denunciados por el propietario de una estación de servicio.
La denuncia fue radicada el pasado 1 de noviembre ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá para que se investigue la "presunta comisión de los delitos de amenazas, daños, incumplimiento de los deberes de funcionario público, cohecho agravado y falsedad ideológica".
En la presentación, Tiago Rodrigo Stiegelmeier acusó al jefe de la comisaría local, Víctor de Jesús N., y a los subalternos Micaela N., Cristian B., Marcio B. y Orlando D., quienes de probarse su responsabilidad podrían afrontar hasta 12 años de cárcel.
Según el empresario, los policías del pueblo le exigían combustible para sus autos particulares y su negativa derivó en una constante persecución. Incluso, en la denuncia señaló que los uniformados lo amenazaron de muerte.
"Esto se soluciona con un tiro en la cabeza", aseguró que una mujer policía le dijo al jefe de la comisaría local en el marco de uno de los operativos en la estación de servicio.
En la denuncia, alertó que "hoy realmente temo por mi vida y la de mi familia, y el hostigamiento de la Policía continúa de manera diaria. Incluso, un policía me dijo que ellos no quieren venir a molestar, pero los manda el jefe, quien les pidió que me provoquen para que reaccione. Me dijo 'cuidate que te está organizando una jugada pesada, te quiere meter preso sí o sí'".
Supuesta persecución.
En su denuncia, Stiegelmeier mencionó que durante mucho tiempo colaboró con combustible para los policías de su localidad, lo que tuvo que suspender el año pasado por la situación económica.
"Cuando los márgenes de reventa eran mejores no tenía inconvenientes y colaboraba de manera asidua con los policías, quienes siempre cargaban combustible en los móviles y en sus autos particulares, lo que me vi obligado a cortar a fines del año pasado porque se redujeron mis márgenes de ganancia con el combustible. Eso me ocasionó una enemistad y una persecución cada vez mayor hacia mi persona y mi negocio", aseguró.
En ese contexto, mencionó que hace alrededor de un mes un personal policial le informó que "el jefe estaba organizando un procedimiento en mi negocio, que enviarían menores de edad a comprar bebidas alcohólicas y que la Policía se presentaría para clausurar mi negocio".
"Le agradecí por la información y extremé el cuidado con el ingreso y venta a menores, todo ante la reiterada presencia de comisiones policiales que no pudieron constatar presencia de menores y menos el consumo de bebidas alcohólicas", agregó.
Pero en la madrugada del pasado 22 de septiembre la Policía acudió al lugar por una supuesta denuncia del intendente de Alba Posse, Lucas Gerhardt, quien luego habría negado la versión policial, según Stiegelmeier.
"Llegaron por supuestos ruidos molestos y le dije al jefe que constaten el sonido para saber si estaba excedido, pero me respondió que no tienen medidor de decibeles y me dijo 'vos sabés muy bien por qué estamos acá'", indicó.
"Procedimiento armado"
Siempre según el contenido de la denuncia, en ese mismo operativo una mujer policía le habría dicho al jefe "esto se soluciona con un tiro en la cabeza", lo que escuchó la madre del empresario. "Mi mamá les dijo que no se les ocurra sacar el arma, ante lo cual la agarraron entre dos policías, la tiraron al suelo y la golpearon estando tirada. Eso fue lo que detonó forcejeos y máxima tensión en el lugar. Evidentemente, fue un procedimiento armado", opinó el denunciante.
La secuencia siguió en la comisaría, adonde la señora se dirigió para radicar una denuncia por lesiones, aunque no se le tomaron y terminó demorada, declaró su hijo en sede judicial. "Para colmo, a cada rato el jefe y la oficial le decían a mi madre que me habían pegado un tiro, lo que para ella fue una tortura psicológica. Tampoco le dieron agua ni comida durante las horas que estuvo detenida", lamentó.
En otro tramo, consideró que es víctima.
"Nunca tuve inconvenientes en colaborar con combustible para el móvil policial, pero cuando las exigencias eran para los autos particulares de los policías, decidí no dar más nada, y eso agravado por la situación que padecemos los vendedores de combustible", subrayó.
Agregó que la persecución fue tal, que "en reiteradas ocasiones el jefe en persona me dijo que si no le daba combustible me imputarían contravenciones y hasta delitos. Y, por el contrario, si les daba lo que me pedían no tendría problemas con la justicia".