Día del Abrazo: cinco beneficios por los que deberías abrazar a alguien

Se estima que una persona necesita una cantidad determinada de abrazos al día para sentirse querida. Tienen algunos beneficios extra que favorecen nuestra salud, razón por la que deberíamos darlos más seguido.

Chiquitos, rápidos, cortos, largos, apretados, de a dos, en grupo, con amigos, con familiares, con extraños en algunas ocasiones especiales. Abrazar es un gesto simple y cariñoso que permite expresarnos. Además, tiene algunos beneficios extra que favorecen nuestra salud, razón por la que deberíamos darlos más seguido.

La efemérides inició en 1986 cuando un hombre estadounidense reconoció que la gente no se daba suficientes abrazos. Incluso en su propia familia, la demostración de afecto en público era algo que resultaba raro. Por eso decidió crear una celebración en Michigan que promoviera darse abrazos.

Día del abrazo: beneficios físicos y psicológicos

Provoca placer

Nuestro cerebro es capaz de liberar dos sustancias cuando abrazamos: dopamina y serotonina. Estas son las hormonas conocidas por incrementar la sensación de felicidad. Alivian el estrés y dan tranquilidad.

Funcionamos de mejor manera
Abrazar a una persona y lograr todos los beneficios mencionados en el punto anterior nos permite mantener un equilibrio metal y emocional, por lo tanto, nuestra respuesta a diferentes acciones y nuestro propio funcionamiento mejoran.

Disminuye la presión arterial
Se asegura que las personas que tienen menos contacto físico tienen una presión arterial y una frecuencia cardíaca más elevada que las personas que reciben abrazos de manera frecuente. Al brindar sensación de calma, es habitual que un abrazo reduzca la presión arterial.

Dan seguridad
En especial durante la niñez es importante recibir abrazos. Funcionan como protectores desde que nacemos, ayudan a sentirnos seguros y confiados.

Combate la timidez

Las personas introvertidas o de bajo perfil se ven beneficiadas con los abrazos. Estos les permite entrar en un clima más familiar y de confianza, y por lo tanto participar y soltarse de un modo más libre.

Se estima que una persona necesita 14 abrazos por día para sentirse plenamente querido. Algunos especialistas denominan hambre de piel a las personas que tienen poco contacto físico y que puede afectarlos anímica y mentalmente.