El sistema de residencias escolares para indígenas fue impuesto por las autoridades canadienses a finales del siglo XIX, para eliminar la cultura aborigen del país.
Los resultados preliminares de una investigación, dados a conocer esta semana, revelaron la existencia de 93 posibles tumbas sin identificar cerca de la Escuela Residencial de la Misión de Saint Joseph, un antiguo internado para menores indígenas en la Columbia Británica, en Canadá. Meses antes, el hallazgo de los restos de cientos de niños cerca de un internado en la isla Kuper, en el oeste, sacudió al país
El jefe tribal Willie Sellars, del clan Williams Lake First Nation, explicó en una rueda de prensa que esas tumbas potenciales están situadas cerca de un cementerio y dentro del recinto de la escuela, que dejó de funcionar hace décadas.
De esos 93 posibles enterramientos encontrados en las 14 hectáreas del terreno inspeccionado, al menos cincuenta no tienen relación con ese camposanto.
La directora del proyecto, Whitney Spearing, dijo en la misma comparecencia ante los medios que el hallazgo es "coherente con un enterramiento humano".
Williams Lake First Nation llevó a cabo una inspección geofísica del terreno con varias tecnologías, como radares.
Sellars subrayó que los investigadores son conscientes de que es posible que los restos de muchos de los menores que fallecieron en ese internado, que estuvo abierto entre 1891 y 1981, no se recuperen nunca.
"Sus cuerpos fueron lanzados al río, abandonados en las profundidades de lagos, arrojados como basura a incineradoras", enumeró Sellars.
"Para esos niños --siguió--, no habrá ninguna lápida, ninguna tumba sin marcar, ningún pequeño fragmento de hueso, que sea analizado de forma forense".
La Escuela Residencial de la Misión de Saint Joseph operó dentro de la Iglesia Católica en la zona, donde se forzó a ingresar a miles de menores indígenas.
Sellars agregó que la investigación ha desvelado abusos cometidos contra los internos de esa escuela, como torturas, secuestros, aislamientos forzosos y condiciones extremas.
Las pesquisas han mostrado que el uso excesivo de los abusos físicos fue "rampante" en el internado, así como "condiciones de vida horribles, como el consumo de comida podrida, peligro de incendio, hacinamiento y enfermedad", señaló Sellars.
El jefe tribal denunció que responsables religiosos, el Gobierno federal y la Policía Montada de Canadá engañaron a la opinión pública sobre lo que estaba ocurriendo en el internado. De hecho, acusó a las autoridades de haber destruido documentos al respecto.
Sellars indicó que los menores habían denunciado ante las autoridades las condiciones del centro pero no se adoptó ninguna acción.
El sistema de residencias escolares para indígenas fue impuesto por las autoridades canadienses a finales del siglo XIX, para eliminar la cultura aborigen del país. Los niños indígenas eran sacados a la fuerza de sus comunidades y enviados a estos internados, situados en algunos casos a centenares de kilómetros de sus familias.
Entre 1890 y 1997 más de 130 escuelas residenciales funcionaron por todo Canadá y unos 150.000 niños indígenas fueron internados en estas instituciones que eran administradas por órdenes religiosas, en su mayoría católicas.