Es un plato desarrollado por el chef Saúl Lencina. El helado de mandioca es un postre muy demandado en la gastronomía posadeña. Turistas de todo el país, la región y los locales hacen eco del singular postre.
Por Leandro Frank
El helado de mandioca es una creación culinaria que está conquistando paladares de vecinos y turistas de todo el país y la región. El responsable de este plato (tan curioso como innovador) es el chef Saúl Lencina, un apasionado maestro culinario de Misiones que tiene su restaurante en la capital provincial.
Con un objetivo simple pero ambicioso, Lencina destacó la versatilidad de la mandioca en la cocina. A partir de esa premisa, implementando su creatividad y mucha determinación, junto a su equipo concibieron un postre que despertierta el interés en los amantes de la gastronomía misionera.
El plato que se destaca por su singularidad, pero nació gracias a la capacidad del chef de aprovechar una de sus principales características: este tubérculo no se caracteriza ni por su sabor salado ni dulce, es decir, un lienzo en blanco para la creatividad gastronómica. El resultado es un postre que cautiva sentidos, servido con un delicado toque de almíbar, pitangas, maní y otros sabores autóctonos. Este es un viaje hacia lo desconocido, donde sabores y texturas se combinan en un postre verdaderamente exquisito.
“Poytava Cocina Misionera”, es el laboratorio donde el chef local despliega su magia culinaria. Allí, junto a su equipo investiga especias y sabores locales, orientados en trabajar exclusivamente con ingredientes de Misiones, explorando la riqueza de la biodiversidad local, incluyendo hongos, frutas autóctonas y hierbas aromáticas que nuestras tierras tienen para ofrecer.
Helado de mandioca a la carta
El restaurante no sigue la tradicional práctica de ofrecer una carta estática. En su lugar, presentan un menú de degustación en constante evolución, ajustado a las estaciones del año. Este menú consta de diez pasos, cada uno apuntando a desafiar sentidos a través de los sabores.
Se trata de una fusión entre gastronomía tradicional y contemporánea, que termina siendo un claro ejemplo de la versatilidad de la gastronomía Misionera. Así, Lencina muestra que a través de la creatividad culinaria, se puede descubrir sabores inimaginados.
Por la diversidad y riqueza de su tierra, nuestra provincia cuenta con un sinfín de frutos, verduras y especias, que la transforman en el escenario ideal para jugar con la creatividad culinaria y que muchas veces, sorprende con los resultados.