Familia del motociclista que murió atropellado en Santa Ana reclama por justicia

Raúl Orlando Ribero (44) volvía de su trabajo de Posadas hacia Bonpland, cuando fue embestido y abandonado por un Chevrolet Corsa. Producto de las lesiones, la víctima murió al día siguiente.

En la noche del último viernes, Raúl Orlando Ribero (44), domiciliado en la localidad de Bonpland, volvía de su trabajo desde Posadas hacia la localidad de residencia en su motocicleta cuando en cercanías del cruce de Bonpland (jurisdicción de Santa Ana) fue embestido por un Chevrolet Corsa -al mando de Néstor D.S- que, según familiares de la víctima, se dio a la fuga. Rivero falleció al día siguiente producto de las lesiones sufridas y su familia reclama por justicia.

Noelia Delgado, esposa de Ribero, en diálogo explicó cómo se enteró que su pareja sufrió un siniestro vial y cómo fueron las horas posteriores del hecho. “Fue el viernes aproximadamente a las 22:00 cuando, mientras yo estaba trabajando en mi casa (tiene una peluquería), ingresó mi hermana y me dijo que a Raúl le había ocurrido un accidente”, relató entre lágrimas.

En esa línea, mencionó que se dirigieron hacia el lugar -en inmediaciones al cruce de Santa Ana en dirección a Bonpland-, y vieron que el motociclista se encontraba tirado en la ruta, alumbrado por un camión y que estaba acompañado de un agente de prefectura que estaba de civil asistiéndolo.

“Cuando llegué, vi que estaba con vida. Me decía que él estaba bien, que le había agarrado mucha sed y que le dé agua”, mencionó Delgado, agregando que mientras le daba el agua “me dijo que le chocó un auto y me empezó a relatar como fue”. En ese marco, la mujer contó que fue su cuñado quien le hizo un torniquete en la pierna para que no se desangre mientras su pareja continuaba contando su padecimiento.

Respecto al conductor, la entrevistada manifestó que no estaba en el lugar y que su esposo le indicó que después de chocarlo, el conductor del vehículo que lo embistió luego se fugó sin brindar ninguna ayuda y dejándolo a su suerte.
“Mi marido estaba lúcido, consciente. No sé de dónde sacó tanta fuerza, pero yo hablé y todos los que llegamos a auxiliarlo vimos que él estaba con vida y pudo relatar todo lo que había pasado”, señaló.

 
Sin respuestas.
Ya sin encontrar respuestas por lo ocurrido, Delgado expresó que “no voy a entender jamás cómo puede alguien cometer semejante delito y estar libre. Los familiares de mi esposo pedimos justicia, que se actúe con celeridad, necesitamos que la muerte de mi esposo no sea una más que ocurra por imprudentes que no respetan nada en la ruta”.

A su vez, dejó saber el triste momento que les tocó vivir: “Todo fue muy triste, él llegó con vida al Madariaga, allí nos pidieron autorización para amputarle la pierna porque era lo único que podía salvarlo para que deje de sangrar”.
En esa línea, la mujer reveló que ese momento fue difícil porque pensaba en cómo sería su vida sin su pierna por lo activo que era, pero que su prioridad era su vida y que lo demás sería acompañarlo como familia para salir adelante.

“Fueron momentos difíciles, hasta que el médico nos comunicó que su estado era grave, que surgieron complicaciones a causa de los golpes que recibió en el impacto de quien hasta el momento no se hace cargo de nada”, contó, añadiendo entre llantos que “pedimos a los investigadores que el asesino de mi esposo pague lo que hizo y no ande suelto como anda”.